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Problemas de conexión

La sesión comenzó a las 7:30 de la noche, según lo acordado. Todxs tocaron la puerta para entrar a la sala de Zoom a la hora en punto, atentxs al desarrollo del experimento.
Una vez activada la transmisión en vivo por YouTube, una breve introducción, dando contexto al encuentro, marcó el inicio. ¿No pudimos activar la noche a gran escala, como lo planificamos para la tercera fase de nuestro observatorio Caracas de Noche?, entonces será a partir de las plataformas digitales y el ingenio, produciendo estrategias híbridas que amplíen el alcance de esta acción.
Porque insistiremos en #MásNocheCaracas y mantendremos #LaNocheBajoObservación.
Nuestra anfitriona, Vanessa Avendaño, comenzó a presentar unx tras otrx a lxs participantes. Cada tres minutos precisaba el nombre, la acción a realizar y desde dónde. Casi tres horas de un encuentro que incluyó performance, danza, música, poesía, diálogo en comunidad, siempre con #ProblemasDeConexión, pero fluyendo en una noche singular, porque mientras en Zoom ocurría esta cascada de pequeñas acciones, en algunas azoteas, desde algunas ventanas o en la calle misma, este encuentro se proyectaba sobre fachadas y medianeras.
Un ejercicio sincrónico y simultáneo desde muy diversos lugares de Caracas y mucho más allá.
La acción inicial estuvo a cargo de Harold Palacios, bailarín, maestro de danzas tradicionales, conectado desde San Bernardino, Caracas. Tomando en cuenta que era el día de San Antonio de Padua –13 de junio– ofreció un performance individual de La batalla, que forma parte del Tamunangue. Y la acción de cierre fue un ritual de Adriana del Mar Rondón, desde Los Ángeles, California, también dedicado a San Antonio. Así que las 32 presentaciones que efectivamente se llevaron a cabo, quedaron enmarcadas en un homenaje a este santo al que se le pide para recuperar objetos perdidos.
El programa se cumplió con éxito: 32 de 40 acciones que se habían planificado, literalmente #DeUnDíaParaOtro. La proyección en vivo se dio en siete lugares diferentes. En Bello Campo, desde una azotea hacia las fachadas de dos edificios vecinos. En Santa Mónica, en el estacionamiento de un edificio donde, además, se realizaron las presentaciones de María Fernanda Montero, violinista, y Constanza y Fernanda Cegarra, Hel’manas que han participado en otras experiencias de Ciudad Laboratorio.
También en Colinas de Bello Monte, sobre el volumen del tanque de agua en lo alto de una azotea, donde se dio inicio y cierre al encuentro, y desde donde también cantó El Ángel Lírico. En Quinta Crespo, desde la ventana de un apartamento hacia la fachada del edificio de enfrente. En Altamira, desde dentro de un apartamento hacia el balcón que se ve desde la calle. En la Urbanización Miranda, donde la activista Gladys Mogollón, quien también fue parte del taller Pensar la noche, actuar desde lo cercano, motivó a los vecinos para salir a la calle –manteniendo la distancia preventiva– a disfrutar de esta proyección.
A estos seis puntos acordados antes de la realización del encuentro, se sumó espontáneamente un séptimo en Buenos Aires, gracias a Korinna Bustamante, artista y activista venezolana de la diáspora.
¿La noche está perdida? No mientras seamos capaces de conectarnos y organizarnos para mantenerla activa. Y si acaso se llegara a perder, tocará hacerle la petición a San Antonio y ayudarlo todo lo que sea posible para reencontrarla.