Interacciones Hilo Andante #35 (14.10.2021)
¿Por los caminos verdes? UCV y Paseo Los Ilustres

Comenzando con este extraño autorretrato (con espontáneas al fondo) el #HiloAndante #35, en un lugar muy significativo para mí de Tierra de Nadie en la UCV.
Un recuerdo, muchos cuentos.
A esta hora (y con seguridad: a cualquier hora) la UCV tiene más tiña que gente.
Puede sonar extraño mi tweet anterior, pero es tristemente cierto. La UCV se siente vacía. Sus árboles soportan esa soledad en silencio, mientras se van cargando de estas plantas epífitas.

Tillandsia recurvata
Esta especie de las bromeliáceas, no es un nido de pajaritos. tampoco es una parásita sino una planta epífita, pero hace un daño feroz a los árboles por su capacidad de reproducirse y colonizarlos rápidamente.
Entre los árboles, esta imagen es lenguaje de muerte.
Es un árbol muerto y debe caer. No hay dudas.
Está muerto quizás por su edad, pero con seguridad también se aceleró su muerte porque no fue debidamente cuidado, así como no se cuida en general el arbolado de Caracas (y, a juzgar por demasiados testimonios, de muchas ciudades venezolanas).
La mucha tiña.
Fijen esta relación: más tiña = menos árboles.
Así que parafraseando el viejo trabalenguas: “aquel desarzobispoconstanTIÑApolizador que lograre desarzobispoconstanTIÑApolizar los árboles de la UCV (y de Caracas), buen desarzobispoconstanTIÑApolizador será”.
¿y este por qué?
[corrección, en el vídeo hablo del encuentro casual con una “mantis religiosa”,
pero en realidad es la “mantis palo”, o “insecto palo”]
[Valga decir que en este momento hay un intenso trabajo de remozado de la infraestructura de la UCV. Un trabajo tan oportuno como oportunista: luego de largos años de estrangulamiento presupuestario a la UCV, los que la estrangularon quieren aparecer como “sus salvadores”]
Saliendo del bosque de Tierra de Nadie, espacio verde en el que hay que realizar urgente tratamiento fitosanitario (no solo poda, no siempre tala). Hay que hacer una labor urgente (y paciente, porque debe ser rigurosa y delicada) de eliminar la tiña que literalmente está dañando seriamente muchos ejemplares. Y también urge restituir los ejemplares talados.

Acá cabe enunciar, al revés, aquella vieja frase de “los árboles no dejan ver el bosque”. Hay gente que ve el bosque (de lejos) y piensa que está bien, que hay suficientes árboles para seguir considerándolo un bosque. En este caso podemos afirmar: “el bosque no deja ver los árboles”: hay que ver cada árbol para saber qué pasa con el bosque.
Confieso que siempre me inquietó (y aún) esta escalera a la nada en el final del pasillo entre Ingeniería y Derecho.
A juzgar por el concreto inalterado (después de convivir con lo que debió haber sido un ficus o un mamón de este porte), esta tala luce excesiva. No lo aseguraría, pero así luce.
El significado de las X está clarísimo: derribar, eliminar. Habría que descifrar el código de los • • • • sobre algunos árboles, como en esta ceiba, también ubicada en el “área verde” (las comillas son necesarias) aledaña al edificio de la Facultad de Arquitectura.
Me encantaría tener una explicación (la justificación) de esta tala.
Está clarísimo que si no hay un plan de arborización para este espacio que sirve de antesala al edificio de la Facultad de Arquitectura (ojalá lo hicieran público), lo que ocurrió aquí entonces es un crimen.
Hay muchos árboles por podar, con cuidado, sin ridiculizarlos, sin condenarlos a su posterior eliminación: una poda para preservarlos. Hay muchos árboles que cayeron o que tendrán que salir y habrá que restituir. Hay muchos (casi todos) por destiñar en todas las áreas de nuestra Ciudad Universitaria.
Impresionante cómo estos dos matapalos se abrazaron a estas dos palmas. Abrazos mortales.

Cosas que pasan cuando no se atienden a tiempo algunos crecimientos espontáneos.
Volver a andar estos pasillos.
Antes de salir de la Ciudad Universitaria: este apamate (Tabebuia rosea), si no lo destiñan, en un par de años se estará despidiendo.
Una constatación gratificante de esta visita: la construcción de rampas peatonales que a primera vista parece una acción para todo el campus.
Por muy encomendados que estén, igual desaparecen.
Pudieron haber aprovechado para hacer rampas en vez de t(rampas). La pendiente es criminal.
[Ver acá las consideraciones técnicas que debe tomarse en cuenta para hacer una rampa peatonal]
Ajá.
Las lucecitas.
Árboles vestidos de luces, pero algunos llenos de guatepajarito.
El pavimento que es y el que fue.
Sí, aquí hay movimiento, hay vida.
Cuando la ceiba alza el tronco,
alza la vida.
Traigo este verso que solía recitar Francisco Garzón Céspedes (no recuerdo si de su autoría), narrador oral y dramaturgo cubano, quien se dedicó a inicios de los 80 a formar narradores orales en Venezuela. Entre ellos a quienes constituimos “Cuentos bajo la sombra” en la UCV.

Acá comienza a alzarse una, en un espacio que ha perdido muchos árboles.
¡Ay, Haiman, tan sinvergüenza tú¡ Tan Madrid y Lisboa de lujo.
Cientos de estas caobas convertiste en leña. O vaya usted a saber qué hicieron con ese preciado botín.
Pocas sobrevivieron al arrase del leñador legendario y de sus alcahuetas (como el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, que no solo avaló el arrase, sino que cínicamente respondieron con un supuesto Plan Vías Verdes, después de las denuncias de la tala de centenares de caobas en las autopistas Valle-Coche y Francisco Fajardo).
Y todo para esto: atrapar el agua y liberar el monóxido.
Pero, contra quienes siegan la vida…
… los que reponen la vida.
Gracias @gesanpedro por la persistencia.
Hasta aquí este #HiloAndante #35.