Interacciones Hilo Andante #5 (19/11/2020)
Andar entre Los Cedros y La Campiña
Aquí comienza, frente a la torre Maracaibo, este #HiloAndante #5, sobre la ruidosa avenida Libertador, cuya trinchera es espacio exhibicionista del dominio automotor sobre la ciudad. Debería estar cubierta y convertirse en espacio de disfrute para la gente, no en vitrina de la velocidad.
Al lado de la Torre Maracaibo está el edificio Majestic, con esta belleza de mosaico.
La avenida Libertador fue iniciada a finales de los 50 e inaugurada en 1965. Es una ancha columna que vertebra zonas con nombres que evocan naturaleza: Los Caobos, Las Palmas, La Florida, Las Delicias, El Bosque, Campo Alegre, El Rosal.
En este punto está la calle Venezuela, que es en realidad un callejón que entre edificios nos lleva a la calle El Mirador de La Campiña, que conecta desde el jardín urbano El Porvenir hasta Fedecamaras en El Bosque.
Una senda singular en la qué coexisten distintas capas de tiempo.
Pero ahora tiene el acceso cerrado (un pase entre estacionamientos de edificios, que siempre estuvo disponible durante el día). Así que reboto, desando el callejón. Me obligo a pasar por esta esquina, diagonal a la sede de la que fue una de las petroleras más importantes del mundo.
Subo entonces por la acera frente al cascarón petrolero.
Si no estuviese bloqueada la conexión entre la calle Venezuela y El Mirador, hubiese atravesado esta “salida” por la que ya no hay acceso.
Aprovecho de subir hacia la plaza La Campiña. Mucha vegetación en esta zona, donde los tiempos se mezclan.
En la plaza La Campiña apenas hay una persona que almuerza bajo la sombra de un almendrón. Pienso: no todo está perdido.
Antes de irme de la plaza, la persona que almorzaba cambia de asiento y, ¡oh, maravilla!, se sienta a leer.
La basura es, sin dudas, una preocupación constante en los muros de esta zona.
Bajo por esta calle en la que hay gran diversidad de árboles: castaños, caobas, uva de playa, melaleuco, jabillo.
Salgo frente al abasto Flor de La Campiña, que siempre ha ofrecido frutas y verduras hacia la acera.
Para variar: la acera invadida, aquí y allá.
La panorámica y sus detalles.
Estilos y estilachos.
¿Cómo andar por aquí?…
Así, por la calzada.
Esta calle y sus alrededores tiene un encanto particular, con estas casas de finales de los años 30 y principios de los 40.
Este pedacito de calle (sobre todo la acera) durante larguísimos años estuvo convertido en un espantoso botadero de basura. La gente se organizó y lo cambió.
Al frente, este extraño paisaje (el muro de un hotel de ocasión), con esas columnas que encierran una memoria que parece olvidada.
Podría cerrar el recorrido aquí, frente al Teatro La Campiña (antiguo Teatro París, 1954), fue un importante centro de producción de RCTV. Supuestamente lo habían comprado unos koreanos. ¿Cuál será finalmente su destino?
Así era en su inicio, un flamante teatro Art Deco (tomada de Pinterest).
Pero prefiero hacerlo en esta calle ciega, con este edificio (Calderón) al fondo.
Así culmina este #HiloAndante. El próximo jueves seguimos andando. Quizá con una sorpresa.