Interacciones Hilo Andante #20 (22/04/2021)
#DíaMundialDeLaTierra: entre el río y la montaña

Comenzando el #HiloAndante #20.
Desde aquí, en el puente Los Gemelos (“Las nalgas de Rómulo”) sobre el río Guaire, gris y turbio. Aún así, con garzas blancas (Ardea alba) en sus orillas.
Voy rumbo norte, caminando en medio de esa ciudad que creció entre el Guaire olvidado y la montaña idealizada.
Atravieso debajo de la autopista Francisco Fajardo —su construcción comenzó en 1950— que terminó sustituyendo y soslayando al río como gran hito urbano.
Me muevo entre edificios: entre la torre Movilnet (de escasos atributos arquitectónicos) y el edificio Farallón (que hace dupla con el Centinela), estos sí, joyas de nuestra arquitectura (1965).
Hace pocos años se vino abajo un descomunal caucho (Ficus elástica) que destruyó parte del muro y la reja de este interesante conjunto. Parece que afuera quedará eternamente el hito de “la quemazón”.
En esta imagen se ve la masa de estos otros cauchos (frente al CC El Recreo), de menor envergadura que el caído. Al fondo, entre lo edificado, se intuye la montaña.
A partir de aquí comienza la calle Negrín. Antes de la transformación del bulevar y sus calles aledañas, tenía aceras estrechas y dos carriles y medio para los automóviles.
Algunos defensores del AUTOritarismo argumentaban que esta reducción “colapsaría” las vías de la zona. Je: nunca fue así (de hecho fue lo contrario).
El bulevar de Sabana Grande a esta hora. ¿Cuál hora? Mire La Previsora. La hora predilecta de las avionetas que buscan pista en La Carlota (desde el 2001 el entonces presidente Hugo Chávez anunció que este espacio se convertiría en un gran parque para los caraqueños… una historia de promesas incumplidas, pues hoy sigue siendo espacio militar y de privilegiados que siguen utilizando la pista aérea).
Toca mirar hacia arriba, hacia el espacio aéreo desde donde algunos ven Caracas con ojos de sobrevuelo (babeados a esta hora por la hermosa luz que cae sobre el Ávila)… pero sobre todo toca mirar hacia abajo, donde hay trampas con filos que puede cercenar los pasos a cualquiera.
[muchos ojos me ven, extrañados por este “ensimismado” fotógrafo/caminante; zona para estar alerta]
Subo de la avenida Solano López hacia la avenida Libertador. Las calles comienzan a sentirse más solas a medida que nos separamos del bulevar.
Pero no estoy completamente solo, ni todo está cerrado.
¡Milagro! Descubro que el semáforo en esta esquina con la avenida Libertador tiene señal auditiva para personas con discapacidad visual. (de todas formas el motorizado o el conductor del automóvil impedirá cruzar con seguridad).
Escena en la calle El Porvenir. Taller bici activo. Vecinos sentados, conversando.
La calle Negrín, mientras más arriba más solitaria.
Hay una gran diferencia en la cualidad urbana de esta calle en los puntos donde los edificios niegan sus retiros —prácticamente en toda la calle—, y en los que la comparten.
Verde la Negrín.
Ya estoy en la avenida Juan Bautista Arismendi, mejor conocida como la “avenida principal de La Florida”. Al oeste está la iglesia de La Chiquinquirá, inaugurada en 1958 (ingeniero Edgard Pardo Stolk). En la esquina con la Negrín está este singular edificio sin identificación en la fachada (edificio Gloria, según wikimapia.org).

Edificio Gloria (según wikimapia.org)
Subo por la Pedroza, donde está la panadería Norma (Residencias Miami). Diversa esta calle, con mucha historia.
En la calle Pedroza estuvo el estudio de Evio Di Marzo (El Sótano de La Florida), también El Tirol, un viejo restaurante de comida alpina (en la esquina contigua al famoso local de empanadas y pastelitos Chicuelo).
Samán (Pithecelobium saman), al lado de la Unidad Nacional de Psiquiatría Infantil (avenida El Bosque).
Subo por la avenida Los Chaguaramos, e inmediatamente cruzo por la tercera transversal buscando la avenida Los Mangos, que sube hacia la Cota Mil.
La hora de los perros, los que pasean (pocos) y los que ladran desde las casas a los pocos que andamos.
Otra escala urbana (años 30-40). Otra vaina.
Esta avenida está llena de ventas de autos y talleres. También esta tradicional cauchera, vecina del barrio Chapellín, en su vértice noroeste.
Para arriba!
Plaza Benito Juárez.
Esta avenida tiene portentosos árboles, como este samán…
… pero muchos árboles van desapareciendo.
Ya cerca de la Cota Mil.
En el límite con la Cota Mil se acaba la acera.
Aquí, con el Ávila al fondo, cierro este #HiloAndante #20, entre el río y la montaña, hoy #DiaMundialDeLaTierra.