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Birras y evangelio al extremo oeste de Caracas

El Centro Comercial Propatria es también centro financiero y cívico del oeste de Caracas. Como centro comercial, a pesar de muchos locales cerrados y abandonados, allí hay tiendas variadas, supermercado, peluquerías, centros de estética y salud, heladerías, lavanderías, farmacia, oficinas, tascas, restaurantes, iglesias evangélicas y el único estacionamiento público en la zona, entre otros servicios. Como centro financiero y cívico aloja sucursales de los principales bancos privados y estatales y las sedes de organismos oficiales como el SAREN, SAIME, Fiscalía, Registro y notaría, entre otros. De allí su gran afluencia de público en horas y días laborables.
Pero a partir de las 5:00 pm todos los locales empiezan a bajar la santamaría y dentro del centro comercial solo quedan operativos el supermercado, los cajeros automáticos de los bancos, un billar juvenil y las cinco iglesias evangélicas. Los visitantes salen progresivamente hasta las 7:00 pm, cuando termina de cerrar sus rejas.
A partir de las 7:00 pm, los alrededores del centro comercial van quedando solos. Los empleados de los locales que quedan rezagados salen de su trabajo y junto a feligreses caminan en dirección al metro o el terminal de transporte público que está cerca de la estación. Como el alumbrado público es muy pobre en la zona, la noche llega muy temprano.
Cerca de las 7:30 pm, los alrededores del centro comercial están solos y en penumbras. La fachada que da hacia la avenida Principal de Propatria es el estacionamiento del centro comercial y enfrente el patio de talleres del Metro y algunos galpones y fábricas. Prácticamente ningún peatón. En la otra fachada, frente al conjunto de edificios residenciales de Casalta I, dos vecinas pasean perros prácticamente en penumbra. Ningún otro peatón. Tampoco motorizados por ese lado, como tampoco por la fachada donde está el área de suministros, casi en oscuridad total. La única vida por allí son unos perros que hurgan la basura.
El único sitio que adquiere una dinámica distinta y muy activa a partir de esa hora en los alrededores del centro comercial es la estación de servicio de gasolina que está en la esquina hacia la calle Principal de Casalta. Al oscurecer, al sitio empiezan a llegar jóvenes, hombres y mujeres, algunos con carros “tuneaos” y se va creando un ambiente de fiesta oscura. A la cual contribuyen los insumos que obtienen en la licorería de enfrente. Suena música techno, vallenatos y bachatas. Los jóvenes conversan, beben licor y fuman en las instalaciones de la bomba. Algunos grupos pequeños se van hacia los lugares más apartados y oscuros. Unos pocos carros entran, se quedan un rato y se retiran.
Mototaxistas y autos particulares convertidos en taxis, vienen de Casalta. La noche parece mucho más tarde que lo que la hora dice.
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La llegada de la noche es muy distinta apenas una cuadra más allá del Centro Comercial Propatria, en vía a la estación del metro. Sobre la acera de la intersección de una calle de Casalta y la primera transversal de Propatria están colocadas una 10 mesas de dominoceros con su público. Puede haber unos 95 hombres y, si acaso, 5 mujeres y algunos niños. Todos dados a las apuestas, la conversa, la diversión. Allí seguirán hasta cerca de las 9:00 pm, cuando los organizadores levantan el tinglado.
En esa misma esquina, al cruzar la calle, cerca de las 8:30 pm, todavía hay una cola de gente esperando transporte para Casalta II y III.
La espera de transporte en largas colas se observó desde cerca de las 5:00 pm en las cercanías de la estación del metro, donde opera un improvisado terminal de transporte público que va hacia Las Brisas, bloques de Propatria, Casalta, La Yaguara, el Junquito y otros sitios. Son colas en todas las aceras que junto a los vendedores ambulantes y a los consumidores que van y vienen entre la variedad de negocios en la zona se produce un ambiente de caos.
A pesar de ese ambiente y de la larga espera que haya tenido o que le falta, la gente se ve tranquila, paciente. Se oyen conversas, risas, música. En algún momento hay un conato de trifulca por alguien que no respeta la cola, se oyen protestas, silbatos, risas. No pasa nada. No hay ninguna autoridad visible. Cuesta entender cuál es el principio o fin de una cola para determinado transporte. Todas parecen superponerse pero los usuarios saben.
Niños cuyos padres esperan el transporte, juegan en las instalaciones infantiles cercanas. A pesar de ser un espacio concebido para niños está rodeado de basura. Dos hombres orinan cerca de ese lugar.
Todos los alrededores de la estación del metro están muy deteriorados, descuidada la jardinería e inexistente el mobiliario urbano. No hay un recipiente de basura en toda la cuadra de las afueras del metro, apenas unos botaderos sobre el pavimento en la avenida principal donde unos indigentes tienen fuego prendido en un pequeño muro y cocinan algo en una olla.
Los mototaxistas a la espera de clientes están en animada tertulia entre ellos, “las perreras” van y vienen. Las colas no cesan, el cansancio en la gente tampoco pero en los jóvenes que también esperan, hay algo; parece que estuvieran de fiesta.
Cerca de las 8:00 pm ya han recogido buena parte de los puestos de vendedores ambulantes y muchas tiendas en la segunda transversal han cerrado. El puesto de venta de CD y DVD está activo. Freddy Ortiz, interpreta “La falla fue tuya”. Los mototaxistas la tararean.
A pesar de menos gente y menos transporte pasadas las 8:00 pm, persiste el ambiente de caos humano en la zona.